Circuncisión
La circuncisión consiste en un procedimiento ambulatorio que lleva solo un par de horas en el hospital y puede regresar a casa. Se requiere de antibiótico y analgésico posterior al procedimiento, así como aseo durante el baño con agua y jabón, sin necesidad de curación ni retiro de puntos.
En la actualidad hay estudios que demuestran el beneficio de una circuncisión, al tener un área más limpia que evita infecciones y contagio de enfermedades de transmisión sexual, como el del VIH (SIDA) entre otras. Además beneficia en muchos pacientes en la relación sexual, que de otro modo (sin circuncisión) sería molesto en aquellos con frenillo corto, prepucio redundante o fimosis.
También se realiza por indicaciones precisas como son las infecciones de repetición, incluyendo la balanopostitis (un tipo de infección en el prepucio y el pene), en caso de fimosis (imposibilidad para retraer el prepucio), con casos tan severos que obstruyen la salida de orina y por último la parafimosis, en la que no se puede regresar el prepucio para cubrir el glande, quedando comprometido el pene y tejidos por falta de circulación, convirtiéndose en una urgencia quirúrgica.
Circuncisión
Varicocele
Es más frecuente en el lado izquierdo y la afectación es bilateral en un 15%. Si un papá o hermano tienen varicocele, aumenta hasta 5 veces más la probabilidad de padecerla.
Clínicamente pueden presentar dolor testicular, sensación de presión en el testículo e incremento de la temperatura. A la exploración física el dato característico es la visualización directa de las venas dilatadas del escroto, conocido como el signo de “bolsa de lombrices”.
Hay diferentes grados:
Subclínico: visible únicamente en estudios de ultrasonido.
Grado 1: palpable durante los esfuerzos.
Grado 2: visible durante los esfuerzos.
Grado 3: visible sin esfuerzos.
Además el testículo afectado se atrofia (se hace mas pequeño) hasta en el 70 % de los casos, ocasionando infertilidad primaria en un 50% y secundaria en el 70% de los casos, siendo esta la causa más frecuente de la infertilidad en el factor masculino. Es por eso que se debe atender y resolver mediante una cirugía llamada “cura de varicocele”.
La cura de varicocele consiste en un procedimiento ambulatorio, se da de alta del hospital posterior a la recuperación de la anestesia. Se realiza una incisión pequeña (1.5 – 2cm) en la región inguinal, no se dejan drenajes al terminar el procedimiento y los cuidados generales consisten en reposo, aseo de la herida durante el baño, analgésicos y antibióticos.
Varicocele
Hipospadias
Es una patología común en México, presentándose en uno de cada 150 a 200 niños. Se considera de origen multifactorial. Aun no es posible identificar las causas específicas y por lo tanto prevenir esta afectación.
El diagnostico se realiza por medio de la exploración física. En caso de presentar además testículos no descendidos, deben realizarse valoraciones más profundas. Hay casos muy llamativos en que los padres se angustian porque los genitales tienen un aspecto diferente a los normales. Ocasionalmente el médico no es capaz de definirle a los padres el sexo del recién nacido; por fortuna son un porcentaje bajo de presentación.
La edad promedio en la cual debe realizarse la cura de hipospadias es a los 10 a 12 meses de edad, cuando el falo presenta un tamaño adecuado para la cirugía, siendo esta el único método para su corrección, con el fin de llevar el orificio de la uretra lo más cercano a la punta del pene.
Hipospadias
Estenosis Uretero-Piélica
La mayoría de los casos se detectan por ultrasonido antes del nacimiento y durante el control del embarazo. Dentro de los síntomas pueden presentar infecciones urinarias constantes, fiebre, mal estado general, pérdida de apetito y orina concentrada o fétida.
La edad promedio para su corrección es antes del año de edad para evitar el daño renal. El procedimiento puede ser realizado con cirugía abierta o laparoscópica, ambas con el fin de eliminar el segmento que se encuentra cerrado en el uréter y volver a conectar este conducto a la pelvis renal.
Estenosis Uretero-Piélica
Reflujo Vésico-Ureteral
Clínicamente más de la mitad de los niños y niñas con reflujo vésico-ureteral tiene fiebre. La causa de fiebre en recién nacidos acompañada de infección de orina, es ocasionada por esta enfermedad en más del 75% de estos casos.
El estudio ideal para realizar el diagnóstico es el cistograma miccional de esfuerzo, tal como se muestra en la imagen.
La técnica quirúrgica empleada en algunos casos severos de reflujo es el reimplante vésico-ureteral con cirugía abierta; sin embargo, ya existen métodos mínimamente invasivos que consisten en la aplicación de un material de manera endoscópica, sin necesidad de realizar cirugía abierta, con pronta recuperación, sin dolor y tasa de éxito alta.
Reflujo Vésico-Ureteral
Testículo no descendido (Criptorquidia)
Para el diagnostico es necesaria la exploración física por el urólogo pediatra, para determinar si se trata de un testículo retráctil o no descendido. Otra herramienta útil es el rastreo por medio de ultrasonido y resonancia magnética.
El manejo quirúrgico (orquidopexia), consiste en descender el testículo hacia la bolsa escrotal con diferentes técnicas acorde a la localización. Con ayuda de anestesia, se busca el testículo y al localizarlo, se fija con sutura absorbible a la bolsa escrotal. No es necesario dejar drenes ni retirar puntos. El cuidado posquirúrgico más importante es mantener en reposo al niño por un corto tiempo y aseo durante el baño.
El objetivo del tratamiento consiste en incrementar la fertilidad para el futuro, así como disminuir el riesgo de malignidad (cáncer de testículo) y torsión testicular. Otro tema importante por lo cual debe de ser tratada esta enfermedad a tiempo, es el autoestima que puede verse afectado en el niño al no contar con sus testículos.
Testículo no descendido (Criptorquidia)
Hidronefrosis prenatal y neonatal
Es la dilatación del riñón en diferentes grados de severidad.
Entre un 2 a 5% de los ultrasonidos durante el embarazo la revelan. Cerca del 50% son transitorios y se resolverán con el paso del tiempo. Además el 20% de las hidronefrosis son fisiológicas (normales) sin representar alguna anormalidad anatómica. Sin embargo, es importante realizar un seguimiento estrecho y valorar si existe alguna otra anormalidad asociada.
En el primer mes de vida es necesario determinar la causa de la hidronefrosis para dar el mejor manejo y evitar el daño renal. Dentro de su estudio se deben realizar pruebas para establecer la función renal y descartar infección de vías urinarias, así como ultrasonido renal y vesical de seguimiento.
Hidronefrosis prenatal y neonatal
Deformidades genitales
En hospitales pediátricos de concentración se ven cerca de 8 casos al año. Es una afectación que los padres, médicos y urólogos ven con atención, ya que aparte de la afectación pisocológica por el aspecto del pene, este acarrea fimosis (dificultad para bajar el prepucio), balanopostitis (inflamación infecciosa del prepucio) e incluso infecciones del tracto urinario de repetición.
Esta anomalía siempre requerirá de manejo quirúrgico correctivo
Deformidades genitales
Riñón multiquístico (MCDK)
Regularmente tiene una evolución favorable y en muy pocos casos se tiene que retirar el riñón afectado. Lo más común es que con el paso del tiempo, el riñón se haga más pequeño hasta desaparecer.
Es importante realizar el diagnostico entre otras causas que presentan quistes en el riñón.
Riñón multiquístico (MCDK)
Litiasis urinaria (piedras)
El componente más común es el oxalato de calcio. Es más frecuente en hombres y existe un aspecto geográfico y hereditario para presentarla. En ocasiones se ven relacionados con malformaciones urinarias que condicionan estancamiento de la orina e infecciones urinarias, así como aspectos metabólicos.
El manejo medico es valido aun en niños, con medicamentos que permiten relajación y apertura del tracto urinario para favorecer la expulsión del calculo, en conjunto con hidratación, analgesia y antibióticos. También se dispone de cirugía de mínima invasión, con destrucción de la piedra utilizando tecnología láser, sin necesidad de realizar cirugía abierta.
Litiasis urinaria (piedras)
Torsión testicular
Puede suceder al aumentar el volumen testicular, por ejemplo en la pubertad, cuando las estructuras tienden a girar dentro de las capas del testículo. Generalmente ocurre en la noche o madrugada, despertándose por un dolor testicular súbito e intenso. Clínicamente el testículo se ve acortado o elevado, con aumento de volumen y consistencia dura.
El ultrasonido es un estudio que puede ayudar a identificar el diagnóstico al mostrar ausencia de flujo sanguíneo, siendo obligatoria la exploración quirúrgica para destorcerlo y fijarlo en una posición adecuada. En caso de no haber mejoría, se opta por realizar una orquiectomía (extirpar el testículo). La atención médica debe ser lo más pronto posible ante un dolor testicular agudo en niños y adolescentes, para disminuir el riesgo de perder el testículo.